Como cualquiera que haya visto a Bob Marley fumándose un pito en la tapa de Catch a Fire podía atestiguar, Marley consideraba la marihuana un sacramento. Cuando Marley salió en la tapa de 1976, Rolling Stone sutilmente expresó su simpatía por la marihuana: las rastas de Marley cubren algunas letras del nombre de la revista y puede leerse "Roll One" (ármate uno).
Lo más dificil de todo fue localizar a Marley. Éste era muy reacio a dejarse entrevistar y fotografiar, cuenta Vivien Goldman, una profesora que alguna vez fue publicista de Marley, en su nuevo libro, The Book Of Exodus. "Sólo quería comunicarse con gente que pensaba que podía ayudar a su misión", dice Goldman. Debido a la importante presencia de Rolling Stone en los campus universitarios, Marley se mostró de acuerdo. "Era importante para él tender puentes con los Estados Unidos", dice, "Con los negros, y también con los jóvenes". Ese año, agrega, Rastaman Vibration lo había introducido fuertemente en los Estados Unidos; esta tapa también ayudó muchísimo.
Annie Leibovitz fotografió a Marley detrás de escena luego de un recital en Oakland, California. "Vigilé su camarín dos días enteros", cuenta. "Finalmente, le empecé a dar lástima". Lebovitz puso un telón blanco de una sola pieza detrás del escenario. El resultado fue una imagen muy simple y poderosa de Marley capturado en el éxtasis de su propia música. A lo largo de los años, la foto ha aparecido en numerosos pósters y poleras.
"Nunca quería ocupar ropa demasiado llamativa", cuenta Goldman. "Nada que hiciera que la gente se esfrozara por imitarlo". Todo era parte del plan maestro de Marley. "En todos lados, vaya adonde vaya, en todo el mundo, veo a mis hermanos rastafari en todas partes", le dijo Marley al periodista Ed McCormack. "Va a costar muchos años, y quizás haya derramamiento de sangre, pero la rectitud ha de prevalecer algún día".
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